La emisión accidental o dolosa de radionucleidos al medio ambiente puede amenazar la vida y alterar el desarrollo socioeconómico. La experiencia pasada ha puesto de manifiesto que las comunidades rurales, la producción agrícola y el abastecimiento de alimentos pueden verse afectados. Esas emisiones suelen ser sucesos locales, pero pueden tener consecuencias internacionales o incluso mundiales. A menudo, su naturaleza exacta, manifestación o consecuencias no son previsibles.
Los gobiernos tienen la obligación de elaborar y ejecutar planes de emergencia para mitigar el impacto de estos sucesos. Las medidas de respuesta pueden requerir la intervención de varias ramas de la administración pública y diversas organizaciones, y tener consecuencias a largo plazo para la población, el comercio y la economía.
La FAO y el OIEA son partes en las convenciones internacionales sobre pronta notificación y sobre asistencia por las que se rigen las situaciones de emergencia radiológica o nuclear. La FAO ayuda a los Estados Miembros a prepararse y a responder con eficacia a tales emergencias, prestando apoyo y ayudando a desarrollar, coordinar y aplicar procedimientos y mecanismos de respuesta pertinentes.