Para pacientes con cáncer de mama y con melanoma cutáneo en fase inicial, los estándares de atención actualmente aceptados son la cirugía radioguiada y la biopsia de ganglio linfático centinela.
El cáncer de mama es el tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado en mujeres en todo el mundo. El estado del ganglio linfático es un importante factor de pronóstico para detectar la enfermedad en su fase inicial. Esta información es clave para personalizar el tratamiento. En función del estado de la axila –la zona del cuerpo humano que se encuentra justo debajo de la articulación que une el brazo con el hombro– el oncólogo aplicará diferentes estrategias de tratamiento, como cirugía y quimioterapia antineoplásica posquirúrgica (adicional), radioterapia y tratmiento hormonal.
Los ganglios linfáticos centinela son los que drenan directamente la linfa del tumor primario. En consecuencia, son los primeros ganglios linfáticos que pueden recibir células metastásicas. Cuando el cáncer de mama produce metástasis en ganglios linfáticos regionales, las más de las veces lo hace en los ganglios linfáticos centinela. Si el ganglio linfático centinela está libre de micrometástasis, la probabilidad de detectar células tumorales en ganglios linfáticos no centinela es inferior al 5 %. La linfocentellografía, un enfoque novedoso que analiza de manera segura y exacta los ganglios linfáticos de la axila, permite al cirujano identificar el ganglio linfático centinela y realizar una biopsia.
El melanoma cutáneo es, potencialmente, el tipo de tumor cutáneo más peligroso y es responsable del 90 % de las muertes por cáncer de piel. La incidencia del melanoma cutáneo va en aumento en todo el mundo entre la población blanca (a un ritmo anual de entre el 4 % y el 8 %), especialmente en aquellos lugares en los que razas de piel clara están excesivamente expuestas al sol. El objetivo principal de la biopsia de ganglio linfático centinela en pacientes con melanoma cutáneo es identificar a los pacientes que portan una enfermedad localizada que no puede apreciarse en exámenes clínicos (en otras palabras, que está clínicamente oculta), que son entre el 20 % y el 25 %. Esta técnica incrementa la tasa de detección de metástasis ocultas en los ganglios linfáticos, identifica los pacientes que pueden beneficiarse de una terapia postoperatoria adicional y permite dividir a los miembros de la población en subgrupos homogéneos para llevar a cabo ensayos controlados aleatorizados.